El kéfir mejora nuestras defensas en la prevención de enfermedades como virus y otros patógenos, ya que, es un fantástico probiótico, antiinfeccioso, antioxidante y estimulante de la inmunidad.

El kéfir también llamado yogur búlgaro, es una leche fermentada rica en bacterias y levaduras probióticas que mejoran la flora intestinal, estimulan la inmunidad y mejoran el tránsito intestinal.

Existen dos tipos de kéfir: el de leche y el de agua. En realidad, el kéfir de leche y el de agua contienen las mismas bacterias y levaduras, pero adaptados a medios distintos.

El kéfir, que es mejor probiótico que el yogur, contiene unos 400 millones de microorganismos por gramo, de hasta 30 tipos distintos, que producen efectos beneficiosos para la salud.

Eso no significa que el yogur deje de ser una fuente potente de probióticos, pero el kéfir sin duda es más rico en probióticos.

Seguidamente, voy a señalar las propiedades del kéfir que van a ayudar a mantener un sistema inmunológico fuerte, frente a la posible agresión de infecciones víricas:

El kéfir mejora nuestras defensas ya que contiene un probiótico (Lactobacillus kefiri) que puede protegernos de bacterias bastante dañinas como la Salmonella, el Helicobacter pylori y la Escherichia coli (1,2).
A este probiótico se suma el kefirán, un hidrato de carbono con un alto poder antibacteriano. Es por tanto un buen antiinfeccioso.
Los probióticos del kéfir, al reforzar la microbiota intestinal, como el 70% de todo el sistema inmunitario se encuentra en el intestino, tienen la capacidad de estimular el sistema inmunológico (3).
Los probióticos del kéfir, al ayudarnos a restaurar el equilibrio de bacterias buenas de los intestinos, es muy efectivo para combatir la diarrea (4-5).
Además de la diarrea, también puede combatir trastornos digestivos como el síndrome del intestino irritable (6), las candidiasis y las úlceras gástricas causadas por la bacteria H. pylori (7-8), entre otros.
Y todo ello será útil para mantener una microbiota intestinal y respiratoria fuerte, que es básico para prevenir infecciones víricas y bacterianas.

Yo desde hace más de 30 años, pues en la década de los 80 ya recomendaba a niños y adultos tomar lácteos fermentados, aconsejo comer entre 125 a 250 cc de kéfir de leche o agua, no pasteurizado, cada día solo o con fruta cruda. También puede consumirse en forma de batido, mezclando los trocitos de fruta con el kéfir.

El orden de prioridad a la hora de tomar kéfir es, primero el de agua, luego de cabra, en tercer lugar de oveja y finalmente de vaca, pero si una persona no tiene intolerancia a las leches de origen animal, las propiedades del kéfir de leche son tan interesantes para nuestra salud, que lo que hay que hacer es individualizar el kéfir que cada uno de nosotros puede tomar. También se puede obtener kéfir de leche de coco y de leche de soja, y son otras dos formas interesantes de consumir kéfir.

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